Puerto España. (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró su voluntad de una nueva colaboración con América Latina en una reunión en la que los gobernantes sudamericanos se lamentaron de políticas pasadas y que transcurrió "sin tensiones".
Acercamiento a Venezuela aunque Chávez se niega a firmar la declaración
Una de las grandes incógnitas de la reunión era cómo iba a desarrollarse el tono con Chávez, en el pasado el gran antagonista en la región de la política exterior de EE.UU. y que llegó a calificar al presidente anterior, George W. Bush, como "el diablo".
El tono fue aparentemente cordial. Obama y Chávez intercambiaron palmadas en la espalda y un apretón de manos cuando, después de una intervención del presidente estadounidense, el venezolano se levantó del extremo de la mesa donde se encontraba sentado y le regaló un libro, "Las Venas Abiertas de América Latina", del uruguayo Eduardo Galeano.
Según explicó posteriormente Chávez, el libro, una crítica contra la injerencia europea y de EE.UU. en la región, tenía inscrita la dedicatoria "Para Obama, con afecto". El presidente venezolano declaró que su colega es "un hombre inteligente" y quiere convertirse en su "amigo".
Con respecto a un posible acercamiento entre Venezuela y Estados Unidos -enfrentados en los últimos años-, Chávez dijo que "no tengo la menor duda" de que existirá ese acercamiento, y añadió que "creo que hemos comenzado con buenos pasos". Pese a ello, indicó que no firmará la declaración final de la Cumbre al estar en desacuerdo con la ausencia de Cuba.
Por su parte, preguntado por un periodista sobre la posibilidad de una reunión bilateral con Chávez, Obama respondió que "estamos logrando progresos en la Cumbre" de las Américas.
Ambos ya se habían saludado con otro apretón de manos antes de la ceremonia inaugural de la Cumbre de las Américas el viernes.
La intervención de Chávez en la reunión con Unasur, de un par de minutos, mantuvo un tono "educado", según un alto funcionario estadounidense.
No obstante, como hicieron otros líderes latinoamericanos, criticó la política exterior previa de EE.UU. antes de expresar su esperanza de un cambio tras la llegada al poder de Obama.
El presidente estadounidense indicó que la cumbre no debe centrarse en debatir la historia pasada, sino en "avanzar hacia el futuro" y reiteró su voluntad de mantener una nueva colaboración en términos de igualdad con la región.
Obama indicó que otros países también deben reconocer el pasado y evitar la "tentación fácil" de culpar a EE.UU. de todos los males, explicó el alto funcionario.
Cuba, la gran ausente, centra la reunión
La reunión, en la que se abordaron también cuestiones económicas, energéticas y de inmigración, tuvo entre sus asuntos principales la situación de Cuba, el país ausente de la reunión como régimen no democrático.
Varios líderes latinoamericanos exhortaron al presidente de EEUU a normalizar las relaciones con la isla, después de que Obama ordenara el lunes el levantamiento de las restricciones a los viajes y envíos de remesas de familiares a la isla, así como medidas para facilitar las comunicaciones entre EE.UU. y Cuba.
Tras la reunión con Obama, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández; el gobernante de Uruguay, Tabaré Vázquez, y el canciller brasileño, Celso Amorim, coincidieron en la petición que hicieron al presidente de EE.UU. sobre Cuba como miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Tabaré Vázquez explicó que los presidentes suramericanos coincidieron en la necesidad de integrar a Cuba a estas cumbres. "El presidente Obama quedó en estudiar este planteamiento", dijo Vázquez a periodistas.
La cuestión cubana fue uno de los planteamientos comunes que los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Guayana, Uruguay y Venezuela hicieron a Obama en la reunión multilateral de hoy, confirmó Amorim.
Según explicaron las fuentes, Obama reiteró la posición que ya había expuesto en su discurso inaugural: que Estados Unidos busca un "nuevo comienzo" en su relación con Cuba pero ese cambio no ocurrirá de la noche a la mañana.
Está dispuesto, explicó el presidente estadounidense, a mantener un diálogo sobre un amplio abanico de temas, desde los derechos humanos a la inmigración y la economía, pero no a "hablar por hablar".
A lo largo de la jornada, Obama buscará mantener apartes con los presidentes de Haití, René Preval; Chile, Michelle Bachelet; Perú, Alan García; Colombia, Álvaro Uribe, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.