EE.UU. ya entró en una recesión y el crecimiento en la región se frenará
Así lo reveló el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estimó que esta fase durará hasta mediados del 2009. Solo las economías de Panamá, Perú, Uruguay y Bolivia lograrán crecer más que el promedio.
DPA. El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó hoy que Estados Unidos entró en una recesión que durará hasta mediados de 2009, situación que generará una “dramática” caída del crecimiento en América Latina y el Caribe.
La recesión es la fase del ciclo económico caracterizada por una contracción en las actividades económicas, con consecuencias negativas sobre los niveles de empleo, de salarios, de utilidades y, en general, de los niveles de bienestar social, y se produce cuando el PBI es negativo durante tres trimestres consecutivos.
“Los ajustes ante la crisis serán largos y arduos”, dijo en Chile uno de los directores del organismo, David Robinson, al presentar el “Panorama Económico del Hemisferio Occidental”, elaborado por el FMI.
En ese escenario, Argentina y Venezuela serán los países que más reducirán sus curvas de expansión y creación de empleo el próximo año, alertó el informe.
La primera aumentará su producto interno bruto (PIB) en 6,5 por ciento en 2008 y sólo un 3,6 por ciento en 2009. La segunda lo elevará un 6,0 por ciento este año y apenas un 2,0 por ciento en 2009.
Por su parte, México y Brasil seguirán con crecimientos deprimidos e inflaciones a la baja, lo que facilitará políticas monetarias y fiscales expansivas en sus economías.
Sólo Panamá (7,8 por ciento), Perú (7,0 por ciento), Uruguay (5,5 por ciento) y Bolivia (5,0 por ciento) lograrán mantener incrementos del PIB iguales o superiores al promedio regional anotado desde 2003, estimado en una tasa de 5,0 por ciento.
Según el FMI, la crisis financiera global comenzó ya a complicar las condiciones de financiamiento en la región, debilitando además los precios de los commodities.
“La emisión de bonos corporativos ha disminuido, lo que tendrá efectos adversos en la inversión y el crecimiento en el período entrante”, precisó el reporte.
La propia depreciación y volatilidad de los tipos de cambio “refleja en parte la pérdida de acceso a líneas de crédito externas, la repatriación de capital y el impacto de los menores precios de los commodities”, agregó el informe.
Sin embargo, el crecimiento de las economías está aún por sobre las expectativas, reconoció el FMI. A mediados de 2008, éste anotó un alza de un 5,25 por ciento, de acuerdo al organismo.
Pero en ese mismo período la inflación se desbocó también sobre las proyecciones de mercado, situándose en un 8,75 por ciento interanual. Cifra superior al 5,0 por ciento de 2007, la tasa más baja desde 1970.
Para 2009, la inflación caería a un 6,6 por ciento en América Latina y el Caribe, empujada por las escaladas de precios en Venezuela (35 por ciento), Bolivia (9,9 por ciento), Nicaragua (9,2 por ciento) y Argentina (9,0 por ciento).
No obstante, en este último país la cifra podría ser mayor a los índices oficiales, advirtió la entidad, citando opiniones de analistas privados.
Como consecuencia general del debilitamiento global, que se traduce en menores exportaciones y peores términos de intercambio, las fortalezas del sector externo anotarán una baja.
Ello devendrá en un alza del déficit regional en cuenta corriente, que pasaría de un -0,8 por ciento en 2008 a un -1,6 por ciento en 2009, unos 40.000 millones de dólares.
Pero la situación será especialmente cruda en Centroamérica, región que además es importadora neta de alimentos. En esa zona, los déficits en cuenta corriente oscilarán entre un 5 y 21 por ciento del PIB, todas cifras por sobre los estándares mundiales.
Nicaragua (-21,1 por ciento), Panamá (-13,9 por ciento) y Honduras (-10,9 por ciento) serán los gobiernos más afectados.
Consecuentemente, América Latina sufrirá un deterioro general del saldo fiscal, proyectado en torno a un uno por ciento del producto interno bruto regional.
De hecho, sólo Chile registrará superávit presupuestario para 2008 y 2009, estimados en un 6,7 y un 5,4 por ciento, respectivamente.
Por ello, opinó Robinson, el mayor desafío de la región será mantener la inflación bajo control, debido a sus efectos adversos sobre la distribución del ingreso y la pobreza, que afecta a unos 200 millones de latinoamericanos.