La cita euro-latinoamericana encuentra su primer escollo en el cambio climático
Brasil expresa sus reticencias a la propuesta europea, ya que lo considera un intento de los Veintisiete de inmiscuirse en su política energética
15/05/2008 | Actualizada a las 01:50h
Lima.(EFE).- Altos funcionarios trataban de dejar hoy cerrada para los cancilleres la Declaración final de la V Cumbre euro-latinoamericana, trabada por las reticencias de Brasil a un programa de la Unión Europea para hacer frente al cambio climático.
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Brasil tiene "muchos recelos" sobre Euroclima, ya que lo considera un intento de los Veintisiete de inmiscuirse en su política energética, informaron a Efe fuentes europeas.
A causa de estas reticencias se atrasó varias horas el inicio de una sesión plenaria entre ambas regiones para afinar el texto de la declaración que surgirá de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del próximo viernes.
Los representantes europeos prepararon una nueva redacción de la propuesta, "lo más neutra posible", a fin de superar los recelos de Brasil y la presentaron a los latinoamericanos, con quienes esperan llegar a un consenso antes de la reunión de los ministros de Exteriores de mañana.
El Euroclima, que ya cuenta con un presupuesto de 5 millones de euros (7,7 millones de dólares), busca fortalecer el diálogo sobre el medio ambiente, intensificar y coordinar acciones ya en marcha en América Latina, para aumentar su eficacia e impacto, según la comisaria europea de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner.
Las diferencias expresadas por los brasileños en el Museo de la Nación de Lima empañaron el optimismo expresado hoy mismo por el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, y varios dirigentes latinoamericanos.
"Socios preferentes" En una rueda de prensa con el presidente peruano, Alan García, anfitrión del cónclave, Durao Barroso manifestó su deseo de que la V Cumbre ALC-UE consagre la "complicidad" de los dos bloques en la lucha contra desafíos mundiales como la pobreza y el cambio climático.
"Entre nosotros hay mucho más que una simple relación política o diplomática. Compartimos una visión del mundo", aseguró el responsable comunitario y subrayó: "Yo creo en el futuro de América Latina".
Los Veintisiete quieren convertir a Latinoamérica en "socio privilegiado" en esta tarea, apuntó Barroso, quien recordó que la UE se fijó "objetivos muy ambiciosos" en relación con el cambio climático.
Los europeos se han comprometido a reducir en un 20%, de aquí a 2020, su nivel de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los de 1990, y a pasar en el mismo plazo a una tasa de energías renovables del 20% dentro su consumo energético total.
La Unión busca animar a otros países a sumarse a su cruzada medioambiental, con el fin de llegar en 2009 a un acuerdo mundial ambicioso en la Conferencia de Copenhague que fije nuevos objetivos para cuando expire en 2012 el Protocolo de Kioto.
A su vez, el mandatario peruano presentó al titular de la CE su propuesta de crear un fondo mundial de reforestación que sea alimentado mediante un impuesto sobre los combustibles fósiles.
"Si aplicáramos apenas unos centavos de dólar a cada barril de gas líquido o combustible de petróleo, tendríamos anualmente más de 20.000 millones de dólares en ese fondo", que "nos permitiría anualmente reforestar por lo menos 10 millones de hectáreas", precisó.
El gobernante peruano, quien recibió a Durao Barroso en el Palacio de Gobierno de Lima, explicó que 10 millones de hectáreas capturan 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. "Es lo que amenaza nuestro clima, lo que amenaza nuestro futuro", dijo.
El responsable comunitario no reaccionó a la propuesta, pero es previsible que la idea de recurrir a mecanismos fiscales en un momento de elevados precios de la energía no suscite la unanimidad entre los europeos.
Desde Santiago, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y el canciller federal de Austria, Alfred Gusenbauer, coincidieron en que esta cumbre es "una oportunidad para avanzar" en los desafíos globales.
La cita de Lima "puede servir como un paso adelante para alcanzar un acuerdo global en 2009 sobre el cambio climático, en línea con el protocolo pos-Kioto", dijo Gusenbauer.
Por su parte, el mandatario de Guatemala, Álvaro Colom, quien viajó hoy a Lima, adelantó que demandará justicia ambiental y compromisos que reduzcan la pobreza.
"El gran desafío de la región es reducir los niveles de pobreza y mejorar las condiciones económicas y socio-ambientales de los habitantes", apuntó.
Según Colom, esa meta se puede alcanzar cuando se realizan compensaciones por los daños y perjuicios ocasionados a la naturaleza, además de la inversión en bonos y certificados de carbono.
La subida de precios, tema clave El aumento de los precios de los alimentos, otro tema clave en la cumbre del viernes, también acaparó hoy la atención del Banco Mundial (BM) y de Panamá, que presentará una propuesta para afrontar la actual crisis.
La vicepresidenta de la institución para la región, Pamela Cox, afirmó que no observa riesgos de recesión en Latinoamérica, pero advirtió que deberá afrontar el problema de la inflación y la subida del precio de los alimentos y el combustible.
Cox, que este jueves participa en una cumbre empresarial organizada en el marco de la cita euro-latinoamericana, señaló que la subida del precio de los alimentos se prolongará cinco o seis años más.
A pesar de ello, insistió en que Latinoamérica conseguirá "capear el temporal" gracias a la aplicación de unas políticas macroeconómicas "inteligentes", y recomendó a la región aprovechar la cumbre para "diversificar sus mercados" en la UE.
Antes de partir a Perú, el vicepresidente primero de Panamá, Samuel Lewis Navarro, anunció a su vez que someterá a discusión en Lima la creación de una bolsa regional virtual de excedentes alimenticios para compartirlos a precios acordados y con beneficios arancelarios acordes con la crisis que se avecina.
Mientras, la capital peruana se prepara para recibir a medio centenar de gobernantes en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que incluye aviones de combate, un buque de la Armada, expertos en guerra bacteriológica y radiactiva y 50.000 policías.