Las bolsas mundiales se hunden sin contemplaciones ante la cascada de malas noticias que se suceden de norte a sur y de este a oeste.
La escabechina es extraordinaria en todos los índices, como corresponde a un mercado que en absoluto había descontado que el impacto de la crisis en la cuenta de resultados de las empresas iba a ser tan extraordinaria ya en el tercer trimestre del año. El problema es que también a las economías emergentes se ha trasladado la crisis a velocidad de vértigo, por lo que la posiblidad de "decoupling" -es decir, de que los mercados emergentes absorban la caída de la demanda en Occidente- se esfuma. Dicho de otro forma, que la crisis global coge velocidad y obliga a otro ajsute brusco de las valoraciones.
Air France-KLM ha anunciado que no podrá mantener sus previsiones de beneficios, como Peugeot, y como Fiat y como Renault. En Japón, Sony se ha desplomado un 13% tras anunciar la víspera un profit warning del 57% mientras que Toyota ha declarado su primer descenso en las ventas en siete años. Son algunas de las noticias del día, noticias desoladoras que el mercado está tragándose a empellones, entre la sorpresa relativa y la desolación. Mientras, los futuros sobre los índices americanos descuentan una caída del 4% en Wall Street.
Dentro de casa, el Ibex se cae otro 4,5% -hoy sí, en línea con el resto de índices europeos- y vuelve a los niveles de finales de 2001. Lucha a duras penas por mantenerse por encima de los 8.400 puntos, un nivel que ya ha llegado a perder provisionalmente. Las cáidas son tremendas, no porque sean mayores que las de ayer, sino porque ahondan en una herida ya muy profunda. Bankinter y Santander se llevan la peor parte con pérdidas de alrededor del 7%, Telefónica y las constructoras se vienen abajo de nuevo, como Iberia, afectada por la realizaciones tras los excesos de los días anteriores y por el profit warning de Air France-KLM.
Por su parte, Popular cae un 5% después de presentar unos malos resultados y sólo se salva de la quema Grifols, con una ganancia muy suave pero muy representativa en una jorna negra como la de hoy. En el Euro Stoxx 50, los valores que han rebajado sus previsiones de beneficios se desploman, como Renault -un 13%- y Daimler y el sector financiero sigue dando muestras de debilidad, con ING, Allianz, Fortis y AXA con pérdidas de alrededor del 8%. En el Reino Unido, HSBC cae también en torno a ese porcentaje.
Una repetición a menor escala del desastre que empezó está mañana por tierras asiáticas. La Bolsa de Tokio ha vivido hoy su tercera caída superior al 9% en diez sesiones. El Nikkei se ha desplomado sin resistencia alguna y ha perdido un 9,6% y la cota de los 8.000 puntos. Ha cerado sobre los 7.649, sólo 42 puntos por encima de los mínimos de 1982. "Fiera de control". Así definen los operadores una sesión que hace que en lo que va de año la bolsa nipona haya perdido exactamente la mitad de su valor.
Mientras, el petróleo pierde hoy parte de lo que ganó ayer y cae hasta los 65 dólares en al referencia brent. El euro sigue cayendo y ya está en 1,2706 frente al dólar y la rentabilidad del bono alemán cae -ya no es noticia- por séptima vez consecutiva, esta vez hasta el 3,712%.