Por Deborah Solomon, David Enrich y Damian Palett. WSJ
La Reserva Federal de Estados Unidos le ordenó a por lo menos siete de los mayores bancos del país que apuntalen sus niveles de capital en al menos US$65.000 millones. Otras seis instituciones, en tanto, aprobaron el examen del banco central, un ejercicio que sirvió para trazar por primera vez una clara línea divisoria entre las entidades más fuertes y más débiles del país.
Como resultado del examen de dos meses y medio al que se sometieron las 19 mayores instituciones financieras de EE.UU., J.P.Morgan Chase & Co., American Express Co., Metlife, Bank of New York Mellon Corp. y Capital One Financial Corp. no se verán forzadas a levantar capital adicional, según fuentes al tanto.
En cambio, los reguladores le han dicho a Bank of America Corp. que debe hacer frente a una escasez de capital de unos US$34.000 millones, la mayor brecha entre todos los bancos. Citigroup Inc. necesitaría US$5.000 millones; Wells Fargo & Co., US$15.000 millones; Morgan Stanley, US$1.500 millones, y GMAC US$11.500 millones.
Los resultados formales de las llamadas "pruebas de resistencia" del gobierno serán divulgados hoy, después del cierre de los mercados, y se prevé que incluyan información pormenorizada sobre las pérdidas potenciales de la industria.
Los inversionistas han reaccionado con entusiasmo a los resultados, muchos de los cuales han sido divulgados en los últimos días, puesto que muchos pensaban que el daño podría haber sido más grave. El miércoles, el Promedio Industrial Dow Jones subió 101,63 puntos para alcanzar las 8.512,28 unidades, su nivel más alto de los últimos cuatro meses. Las acciones de varios bancos que se sometieron a las pruebas de resistencia, incluyendo Bank of America y Citigroup, registraron alzas porcentuales de dos dígitos. La acción de Citigroup avanzó 16,6% y la de Bank of America 17% .
El anuncio de los resultados marca el comienzo de una nueva etapa tanto para la banca estadounidense como para el gobierno del presidente Barack Obama, que espera que las pruebas sirvan como un punto de inflexión en la recuperación de la industria.
Un motivo por el cual los inversionistas y los depositantes huyeron de los grandes bancos hace algunos meses fue la incertidumbre sobre la solvencia de las instituciones. "Creo que este será un anuncio que infundirá confianza", dijo el miércoles la presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos de EE.UU. (FDIC), Sheila Bair, ante un panel del Senado. "Algunas instituciones necesitarán capital adicional, pero creo que habrá mecanismos para hacerlo en los próximos seis meses".
Viva la diferencia
Hasta el momento, los gobiernos deGeorge W. Bush y de Obama han realizado un esfuerzo extraordinario por describir que todos los bancos atraviesan una situación parecida, una postura destinada a infundir confianza en un momento en que los mercados financieros se tambaleaban. Ahora, los bancos más fuertes podrán devolver los fondos inyectados por el gobierno y eludir las restricciones relacionadas a los sueldos y el reparto de dividendos.
Robert Gibbs, el vocero de la Casa Blanca no quiso descartar la posibilidad de que las pruebas de resistencia pudieran llevar al gobierno a desplazar a algunos altos ejecutivos bancarios. "Tendremos que esperar para saber... qué dicen estas pruebas individuales", afirmó. Los resultados también podrían impulsar el desmantelamiento de algunas de las mayores instituciones de EE.UU., que pasarían a ser entidades más pequeñas y manejables. Citigroup y Bank of America ya han empezado a deshacerse de activos.
El proceso de evaluación "termina con lo que llamo el período de 'convoy' o 'manada', en el cual el gobierno intentó que todos parecieran estar más o menos en la misma situación y bajo las mismas circunstancias", señala Arthur Wilmarth, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad George Washington. "Ahora van a tener que decir que, de hecho, algunos bancos están mejor que otros".
Los bancos están recibiendo la orden de recaudar capital no porque estén en problemas, sino porque los reguladores consideran que no tiene una reserva lo suficientemente amplia como para sobrevivir si la situación económica se deteriora en los próximos meses.
Funcionarios del gobierno siguen creyendo que muchos bancos lograrán levantar capital sin recurrir a los US$109.600 millones que aún quedan del fondo de rescate. Son optimistas y consideran que gran parte del dinero provendrá de inversionistas privados o de la venta de acciones.
Las instituciones que no logren acudir a los mercados privados pueden utilizar una nueva forma de capital creada por el Departamento del Tesoro, conocida como acciones "preferenciales convertibles obligatorias". Los bancos canjearían las participaciones preferenciales que ahora posee el gobierno por este nuevo tipo, que se convertiría en acciones comunes sólo si el banco registra pérdidas en el futuro.
Esto le permitiría a EE.UU. recapitalizar los bancos sin controlarlos. Al mantener sus inversiones como participaciones preferenciales, al menos por el momento, el gobierno seguiría siendo un inversionista pasivo, lo que le ayudaría a aplazar preguntas complicadas sobre cuánto se involucraría en las operaciones diarias de los bancos. El gobierno obtendría derecho a votación y puestos en la junta directiva sólo si adquiere acciones comunes.
Bank of America contempla anunciar su estrategia hoy, según fuentes cercanas. La entidad cree que dispone de varias opciones para levantar capital y que no necesita recursos frescos del gobierno. El banco no concuerda con la evaluación del gobierno y realizará una conferencia telefónica para explicar sus diferencias.
Una alternativa sería convertir US$33.000 millones en acciones preferenciales en manos de inversionistas privados en capital común, lo que le permitiría reforzar su capital sin tener que lidiar con una mayor influencia del gobierno.
Los bancos que necesitan recaudar capital tendrán plazo hasta el 8 de junio para desarrollar un plan y hasta el 9 de noviembre para implementarlo.