PERU:AFPS, LP

En un mundo que pide a gritos intervenciones y regulaciones estatales, para salir del hoyo de la crisis financiera, en el Perú tenemos autoridades que quieren prohibir al Estado ejercer ese rol frente al riesgo existente de que las AFP terminen desfinanciando los fondos acumulados de pensiones y de aquí a unos años carezcan de medios para cumplir con sus afiliados.

Para que en el Perú no se repita el horroroso crimen que los Kirchner acaban de cometer en Argentina, el señor Javier Velásquez Quesquén, quien ostenta el cargo de presidente del Congreso, ha presentado una iniciativa parlamentaria destinada a “blindar” a las AFP de cualquier intervención del Estado. Según este ilustre abogado chiclayano, el peligro que flota en el ambiente es que el Ejecutivo y el Congreso (que él preside), le metan la mano a los dineros que tan celosamente guardan esas instituciones benéficas que el ex ministro Carlos Boloña introdujo al Perú, antes de convertirse en presidente de una de ellas. Tal vez leyendo una columna editorial de “Correo”, se ha enterado que la presidenta argentina quiere “robarse” las pensiones, que antes las administradoras privadas le robaron a la Seguridad Social.

Pero sucede que por lo que han estado respondiendo los directivos de las AFP, entre ellos su presidente el señor Pedro Flecha, bastante antes que Cristina Kirchner presentara su discutido proyecto, era sobre la caída vertical de la rentabilidad de las inversiones realizadas con los recursos pensionables, principalmente en la compra de valores variables en la BVL (que era lo más fácil para ganar dinero sin mucho pensar), y que en seis meses han consumido el tercio de lo que fueron las ganancias de tres o cuatro años anteriores, amenazando con llevar la rentabilidad a cero, y peor aún con afectar el capital de los trabajadores.

Nunca pierden
La pregunta: ¿y por qué pusieron tan alto porcentaje de sus depósitos en un mecanismo de riesgo y ruleta como la bolsa?, es en verdad el equivalente peruano de lo que se hace en Estados Unidos cuando se consulta: ¿y cómo fue que pusieron tanto dinero en deudas malas? La respuesta, en ambos casos, es la misma: ahí se ganaba más dinero. Y no es que les preocupara mucho asegurarse sobre lo que pasaría en el momento de que tuviesen que empezar a pagar pensiones con las que jugaban con el espejismo de la “gran ganancia”, sino porque lo que estaban haciendo acumulaba utilidades y les permitía remuneraciones sobre los 60 mil soles mensuales para directivos y gerentes, que como Jalisco, nunca pierden.

Las normas peruanas sobre AFP, de origen fujimorista, no protegen las pensiones de las malas inversiones de esas instituciones, como sí se hace en otros países donde hay pensión garantizada y renta mínima. Por eso es que ahora sus funcionarios y asesores insisten tanto en la figura de que, si se suman dos o tres años, hay todavía ganancia, que es como plantearse lo que pasaría si se pudiera adelantar lo que posiblemente se pierda en los próximos meses y años, y establecer el saldo.

El riesgo es alto. Y lo peor es que las AFP no pueden escapar así nomás del compromiso bursátil en que andan metidos. Si se decidieran a salir no sólo aumentarían su pérdida, sino amenazarían a muchos otros inversionistas y derrumbarían ene número de empresas; pero si no salen, sólo les quedará esperar y pedir calma, a ver qué pasa.

Jugada de riesgo
Es a esto que viene el llamado del ministro Luis Valdivieso para que las AFP “rescaten” las acciones que están más bajas, pasando a comprar cuando todos venden. Una jugada que puede terminar por arrasar las reservas de dichas entidades. Pero estos temas no preocupan al presidente del Congreso. Lo que él ha hecho es mirar a su alrededor y preguntarse si se puede confiar en los que nos gobiernan. Y evidentemente ha concluido que no.

Si ya Alan se apoderó de los certificados de divisas en 1985 y quiso hacerlo con la caja de los bancos en 1987, hay que hacer una reforma constitucional para impedir que quiera reintentarlo. Pero de paso, amarra las manos del Estado frente a la crisis de las AFP y el riesgo de las pensiones. Porque Velásquez está blindando a las empresas, no sólo frente al Estado sino ante los accionistas.

Frenan privatización en Estados Unidos
Aunque parezca curioso, América Latina ha sido de alguna manera precursora y maestra de la entrega de los fondos del sistema de pensiones a la administración privada, para convertirlos en cuentas personales de ahorro obligatorio, que las AFP tratan de rentabilizar. En Estados Unidos la ley de privatización recién había empezado a discutirse hace poco tiempo, y ha quedado obviamente congelada con los acontecimientos de la actual crisis.

A nadie se le ocurre ahí que el mejor guardián de tanto dinero serán entidades hermanas de los bancos, financieras, mutuales, aseguradoras, que se caen en pedazos, después de haber estafado a millones de personas. Tampoco piensan que el Estado sea el problema o la amenaza (como lo hace Javier Velásquez), si justamente allí es que están clamando para que sea esa odiosa institución la que salve la economía.

Muchas veces lo que ha ocurrido es que en el juego de las deudas malas que se convierten en un espiral de fondos apalancados de distinto origen para armar grandes paquetes de dinero, se han estado empleando recursos de las pensiones de otros países que navegaban en busca de rentabilidad, que ha sido lo que se ha empezado a hacer progresivamente en el Perú después de un largo debate. El resultado es que hay pensiones de diversas partes del mundo comprometidas con los llamados bonos tóxicos, que han perdido toda renta y todavía patalean para salvar su capital.

Pobrecitos los viejitos
La famosa consigna electoral de Xavier Barrón, es el reflejo del trato que los gobernantes del período 80-90-2000 le han otorgado a la cuestión de las pensiones de las personas que han iniciado su período de retiro después de dedicar su vida al trabajo. No es el Estado en general, sino gobiernos indolentes los que liquidaron el valor de las jubilaciones de la Ley 19990 y la convirtieron en una propina.

Después de desfalcar el dinero acumulado por años, se declararon en bancarrota, e hicieron pagar el fraude a los viejos, como si de ellos fuera la culpa. Y como aún quedaba el islote de los pensionistas de la 20530, que podían defenderse a medias con la célula viva, se la tiraron dentro de una campaña feroz de satanización, en la que se decía que pretender una pensión actualizada era un atrevimiento de las personas que cotizaron durante años para ello.

Y en cada uno de estos pasos, los políticos asaltantes de las pensiones fueron apoyados por la banca y las finanzas, que finalmente dijeron que había que preocuparse de las pensiones futuras, la de los activos, que no fue sino una forma de tomarse una enorme masa de liquidez para el uso de los privados y la especulación en el mercado, confiando en que había suficiente tiempo antes que las AFP tengan que pagar muchísimas pensiones a la vez. Que es donde el sistema hizo crisis en Chile y en otros países.

Raúl Wiener
Unidad de Investigación