BOGOTÁ—La trayectoria de las economías de América Latina se está bifurcando conforme países como Perú, Colombia, México y Chile crecen más rápido que el promedio global, mientras que Argentina y Brasil afrontan desaceleraciones debilitantes.
Brasil, que durante buena parte de los últimos 10 años fue un motor de dinamismo, anunció el viernes una expansión de 2,4% en el tercer trimestre frente a los tres meses previos, una cifra que estuvo por debajo de lo previsto y que echó por tierra las esperanzas de que los recortes en las tasas de interés y los incentivos tributarios generaran un repunte. El resultado sugiere que Brasil podría expandirse 1% este año, según Tendencias, consultora de São Paulo, lo que está muy lejos de las proyecciones oficiales de 4,5%.
En general, América Latina ha tenido muy buen desempeño durante la última década, especialmente a raíz del apetito de China por los recursos naturales de la región, lo que propulsó un alza en los precios de las materias primas.
No obstante, el enfriamiento de la economía global en los últimos dos años ha creado una división entre los países que promovieron con mayor energía reformas de libre de mercado y mantuvieron un control más férreo sobre las finanzas públicas y las que aprovecharon la abundancia proveniente del alza en los precios de los commodities para ampliar el papel del Estado en la economía.
Aunque toda la región ha perdido fuerza, el desempeño de las economías más abiertas ha sido mejor. Perú y Chile, por ejemplo, registraron crecimientos de 6,5% y 5,7%, respectivamente, en el tercer trimestre comparado con igual período del año anterior, de acuerdo a información reciente. Colombia se expandió 4,9% interanual en el segundo trimestre y México avanzó 4,2% en los primeros nueve meses del año frente a igual lapso de 2011, lo que casi triplica el crecimiento de Brasil. Argentina, en cambio, apenas creció 2,4% en el primer semestre, comparado con el mismo lapso del año anterior.
"Esta región de dos velocidades se mantendrá", indicó Neil Shearing, economista de mercados emergentes de Capital Economics Ltd. en Londres. "En un entorno global más débil, algunas de estas economías tendrán un desempeño relativamente bueno comparado con las que enfrentan profundos problemas estructurales".
Perú, en particular, ha tenido una trayectoria notable. Ha promediado un crecimiento anual de alrededor de 6% en los últimos 10 años, el mayor de América Latina, lo cual le ha permitido reducir a la mitad el índice de pobreza durante ese lapso para dejarlo en 27%, según estadísticas del gobierno. Chile no está lejos, al promediar un crecimiento anual del orden de 4,5% durante el mismo período.
El auge en los precios de los commodities ha beneficiado a todas las economías de la región, incluso las de países como Venezuela y Argentina en donde las políticas económicas han generado una mayor inflación y el Estado ha adquirido un mayor protagonismo en la economía.
En Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez ha nacionalizado buena parte del sector privado, la economía se encamina a una expansión de 5% este año, debido al impulso provisto por el alza del gasto público de cara a los recientes comicios en los que Chávez fue reelecto. Pero muchos economistas privados prevén que el país no crezca o incluso entre en recesión el próximo año conforme el gobierno se aprieta el cinturón.
El crecimiento de dos velocidades está afectando las decisiones de inversión. Un puñado de empresas, entre las que figuran la casa estadounidense de moda Ralph Lauren y la minera canadiense
Cameco Corp.,
ha abandonado recientemente Argentina.
En cambio, automotrices como
Volkswagen AG,
Honda Motor Co.
y
Fiat SpA
han anunciado en los últimos 12 meses planes de expansión en México. La operadora chilena de tiendas por departamentos
Ripley Corp.
dice que contempla inaugurar 35 tiendas en Perú y Colombia para 2015. También evalúa oportunidades en México.
Los países en los que Ripley se está expandiendo "son muy fuertes en términos de perspectiva macroeconómica y estabilidad política, lo que es muy importante para nosotros", afirmó John Paul Fischer, director de relaciones con los inversionistas. "Queremos estar en países que respeten la inversión privada y eso es algo que miramos muy de cerca… Brasil es atractivo, pero por sus complicadas regulaciones preferimos estar en Colombia en este momento, por ejemplo".
Brasil ha sido la niña mimada de la región en los últimos 10 años, beneficiándose del ascenso de China, importantes hallazgos de petróleo frente su costa y un auge del crédito, impulsado en buena parte por el banco estatal de desarrollo, BNDES. El crecimiento económico ayudó a instalar a unas 30 millones de personas en la clase media entre 1999 y 2009, según estadísticas oficiales.
Si bien países como Perú y Chile acogieron el libre comercio, Brasil aprovechó su posición como exportador de materias primas para crear y fortalecer industrias locales a las cuales protegió mediante regulaciones y altos aranceles a las importaciones.
El modelo funcionó, a grandes rasgos, cuando los precios de los commodities se dispararon después de 2003. Pero tales precios ahora están cayendo y la estrategia brasileña se estaría agotando.
El caso de la industria petrolera sirve de ilustración. Uno de los mayores descubrimientos de petróleo en el hemisferio de los últimos años generó optimismo de que un país que ya es el mayor exportador mundial de mineral de hierro y otras materias primas pronto se convertiría en una potencia petrolera global.
Pero la producción de crudo de este año podría ser más baja que la de 2011. ¿Qué sucedió? Brasil promulgó leyes que exigen que la petrolera estatal
Petróleo Brasileiro SA
realice la mayor parte de la exploración, y que las empresas locales obtengan los contratos para construir barcos y otros equipos necesarios para extraer el crudo desde las profundidades del océano. La industria local, sin embargo, no tiene la escala suficiente para asumir una tarea de tal magnitud
Durante los años del boom de las materias primas, el gobierno izquierdista infló las filas de trabajadores y gastó fuertemente en los salarios públicos. La presidenta, Dilma Rousseff, también ha implementado una serie de medidas de estímulo para apuntalar la economía, incluyendo un plan de US$66.000 millones en agosto para invertir en las carreteras y vías férreas.
"Brasil debería haber registrado un mayor superávit como protección fiscal para cuando el crecimiento se desacelerara", aseveró Shearing, de Capital Economics. "Esencialmente ha extraído todas sus materias primas de la tierra para enviarlas a China y ahora necesita más ahorro y menos gasto, una reestructuración del gasto público y una reforma laboral… lo que no es fácil de implementar".
Argentina, a su vez, ha registrado un crecimiento estelar en los últimos años que en 2011 llegó a 8,95%. Pero esto ha ido de la mano de una mayor intervención del gobierno en la economía y controles comerciales, que han aumentado bajo los gobiernos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su esposo y predecesor, Néstor Kirchner.
El gobierno ha iniciado una serie de polémicas reformas, como una iniciativa para restringir las importaciones a menos de que sean equiparadas por las exportaciones. La idea es que las empresas emplearán los dólares generados por las exportaciones para comprar bienes importados y, de esta manera, reducir la salida de dólares. No ha tenido ese efecto.
Las medidas proteccionistas dañarán el comercio y la industria de Argentina, señalan los economistas. "Crean empleos y demanda a corto plazo, pero no es sostenible ya que las empresas se desarrollan solamente como resultado de las regulaciones, y no de la innovación", afirma Daniel Hoyos, economista de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
México, la segunda economía de la región, parece mejor posicionado para crecer en los años venideros, con una base manufacturera más fuerte, lo que significa que su economía no depende de los altos precios de las materias primas para crecer y que se beneficiaría del alza de los salarios en China, puntualizan los economistas. México exporta más manufacturas que el resto de los países de la región combinados.
Hace poco, México promulgó una ley que flexibiliza el proceso de contratación y despido de los trabajadores. Enrique Peña Nieto, quien asumió el sábado como nuevo presidente, también quiere permitir una mayor participación privada en el sector de hidrocarburos, una medida que podría producir más crecimiento.
Para México, una mayor expansión sería una especie de reivindicación después de pasar años siendo comparado de manera negativa con Brasil. "Todo lo que escuchábamos en los últimos años era Brasil, Brasil, Brasil", apuntó el actual secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade en una entrevista. "Pero cuando ves todo, desde la inflación a la deuda,... tuvimos mucho mejores cifras macroeconómicas".