Mientras en el mundo crecen los procesos inflacionarios y las protestas sociales por la suba de los alimentos, los pulpos petroleros y bancos de inversión fijan las reglas de juego y el funcionamiento de los mercados de la energía y del petróleo, cuyo precio sigue escalando a niveles récord por efecto de la especulación financiera. Según Abdalla Salem El-Badri, secretario general de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) "El dinero especulativo de las hipotecas basura está ahora en el petróleo". |
Para El-Badri, responsable de la OPEP desde enero de 2007, la actual convulsión de precios del barril supone una escalada sin precedentes. Solamente en un año, los precios se han más que duplicado, hasta los US$147 que marcó la semana el barril de crudo en EEUU.
“Es cierto que existe un componente geopolítico en la escalada del precio del petróleo”, señala, entrevistado durante el foro mundial del petróleo celebrado en Madrid hace una semana.
¿Qué es lo que hace que ahora la escalada del precio del petróleo sea diferencial?, reflexiona el secretario general de la OPEP.
“Basta con mirar el volumen del petróleo que se contrata en los mercados a diario”, explica, que solo un poco más del 2% son contratos reales, en el sentido de “barriles físicos”, señala.
El resto, es "petróleo de papel", añade. “No es petróleo real”, explica, aludiendo así a la infinidad de sofisticados mecanismos financieros, de derivados, de opciones a futuro y otras fórmulas que han poblado el mercado del petróleo y que en estos momentos están operando sobre él.
Según algunos analistas especializados de Wall Street, más de un 60% del precio del petróleo crudo (hoy cotizado en US$ 147) tiene como causal a la especulación en futuros no regulada, de fondos "especulativos", bancos y grupos financieros que utilizan las bolsas de futuros ICE de Londres y NYMEX de Nueva York y el comercio inter-bancos.
Aunque no descarta otros factores que puedan estar influyendo en la escalada del barril, el secretario de la OPEP asegura sin dudas que "los precios están inflados, y están inflados por la especulación".
La tendencia que afirma que los precios del petróleo se fijan a partir de la especulación en los mercados energéticos, se nutre de un informe de un subcomité del Congreso estadounidense que reveló, en el año 2006, que la especulación financiera representaba cerca del 70% del precio del crudo, frente a sólo 37% en 2000.
El informe, de junio de 2006, del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de los EE UU sobre "El papel del mercado especulativo en los precios crecientes del petróleo y el gas", indicó que "hay pruebas sustanciales que apoyan la conclusión de que la gran cantidad de especulación en el mercado ha aumentado considerablemente los precios".
En este escenario, los precios no se fijan solo por la demanda del consumo, sino básicamente por las necesidades comerciales y la demanda especulativa en los mercados financieros agro-energéticos.
Detrás de este fabuloso negocio con los recursos petroleros, esenciales para la supervivencia humana, se encuentran los principales bancos y grupos financieras de Wall Street, que juegan un rol determinante en la especulación en los mercados energéticos y de materias primas que impulsan la actual escalada de los precios.
En este frente especulativo del negocio agro-energético (productor directo de la hambruna y la inflación mundial) se encuentran en primera línea Goldman Sach y Morgan Stanley, súper-gigantes de la especulación financiera en alta escala del capitalismo trasnacional sionista con asiento en Wall Street.
Goldman Sachs y Morgan Stanley son actualmente las dos principales firmas que negocian con energía en los Estados Unidos. Citigroup y Morgan Chase JP son actores importantes y financian numerosos hedge funds que también especulan.
Durante su entrevista con Expansión en Madrid, El-Badri no se atreve a dar una cifra de qué parte del precio del barril es puro fenómeno financiero especulativo, pero sí afirma que hay dinero que "antes estaba dedicado a la financiación del mercado de las hipotecas subprime en Estados Unidos y que ahora se refugia en las materias primas".
Ese dinero de las subprime o de las hipotecas de alto riesgo (préstamos basura, se les ha bautizado en España), “no sólo está ahora en el petróleo, también se está yendo a otras materias primas, como el oro”, dice.
El-Badri insiste en que, por mucho que se discuta, lo que tensiona los precios "no es un problema de volumen, de producción, y mucho menos de la OPEP".
El secretario general de esta organización recalca varias veces que la OPEP es la primera interesada en contener los precios. Si los precios suben, la demanda se retrae. “Somos los primeros interesados en tener clientes. “Si no los mantenemos, no podemos vender”. Más difícil es saber a qué nivel van a llegar los precios. “Si la especulación sigue, quién sabe”, se pregunta. “¿200 dólares el barril, 250 dólares?, puede ser cualquier precio", comenta.
Para Abdalla Salem El-Badri los gobiernos de los países productores de la OPEP no son los grandes beneficiarios de los altos precios del petróleo.
Primero porque -señala- hay otros países productores, como China o India, por poner algunos ejemplos, que no son OPEP. Y segundo, porque en contra de lo que se piensa, “son los gobiernos de los países consumidores, los que a través de impuestos, se benefician más de los precios de los carburantes".
“El 85% de los ingresos del petróleo de los países de la OPEP vuelve a los países consumidores, a los que se les compra maquinaria, ropa y todo tipo de productos y servicios”, afirma el secretario de la OPEP.
“El problema del mercado no es de volumen”, asegura El-Badri liberando a la OPEP de responsabilidad en la escalada de precios del crudo.
“El cuello de botella del mercado está en las refinerías”, dice apuntando a las petroleras.
“Si alguien quiere comprar petróleo, estamos dispuestos a venderlo”, dice, tratando así de desmontar el cliché de que la OPEP abre y cierra el grifo a discreción y a su conveniencia con el único objetivo de hacer que las curvas de oferta y demanda se crucen cada vez en puntos más altos.
“Los países productores de la OPEP no son los dominantes en el mercado", asegura. “Tenemos una cuota de mercado del 40%”, comenta, dando a entender que con ese porcentaje no se ejerce dominio.
“El cuello de botella no está en los países productores de la OPEP, que van a invertir 160.000 millones de dólares hasta el año 2012”, asegura El-Badri, mientras se pregunta hasta qué punto las refinerías son realmente ese cuello de botella.
La escalada récord de los precios del crudo ya desató un enfrentamiento entre las gigantes petroleras, los bancos de inversión y las naciones productoras que polemizaron sobre sus causas en la cumbre de Madrid, pero finalmente no pudieron enhebrar ningún acuerdo.
Los representantes de la OPEP culparon de la suba a los especuladores financieros por inyectar miles de millones de dólares en las mercados de materias primas para protegerse de la inflación y la debilidad del dólar.
Por su parte, los ejecutivos de las gigantes petroleras que hegemonizan la comercialización del crudo argumentaron que pese a que las reservas son suficientes ahora, empezarán a escasear en el futuro. "La mayor parte de los saltos en los precios que estamos viendo está relacionada con las preocupaciones sobre el panorama futuro de un suministro físico", advirtió John Watson, vicepresidente de Chevron Corp.
Estas posiciones irreductibles marcaron el desarrollo del enfrentamiento entre los ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los representantes de los mayores pulpos petroleros occidentales durante el XIX Congreso Mundial del Petróleo, llevado a cabo en Madrid, durante la primer semana de julio.
La cumbre, como estaba previsto, culminó con Exxon Mobil, Royal Dutch Shell Plc, BP Plc y Total defendiendo la tesis de la "baja de producción" (y no la especulación) como causal de la escalada de los precios del crudo, mientras que las naciones de la OPEP se mantuvieron en su postura señalar a la especulación financiera en los mercados energéticos como causa principal de la escalada del crudo.