Dominique de Villepin: "Hay que ser más humanista"
9:42 | En entrevista con El Comercio, el ex primer ministro francés y ex rival de Nicolas Sarkozy, afirmó que está en desacuerdo con la directiva de la UE sobre la inmigración
Por Virginia Rosas Ribeyro
El ex primer ministro francés Dominique de Villepin es un cosmopolita: nació en Rabat (Marruecos), y pasó parte de su infancia y adolescencia en Caracas. El movimiento de Mayo del 68 lo sorprendió cuando estudiaba en el liceo francés de la capital venezolana y él fue el único alumno que se plegó a la huelga.
Hoy, 40 años después, recuerda con nostalgia esa epopeya imprescindible para el cambio: "Faltaba un sueño colectivo, faltaba calidad de vida, faltaba la posibilidad de disfrutar la vida cotidiana; porque saliendo de la guerra, todos los esfuerzos y las energías estaban concentrados en el trabajo y en una organización social muy estricta. Por eso, Mayo del 68 fue como abrir la ventana, un poco de aire nuevo".
Retirado de la vida política oficial, Villepin, el antiguo abanderado de la no invasión a Iraq, confiesa que aceptar el cargo de primer ministro en los dos últimos años del gobierno de Jacques Chirac fue un sacrificio. "Pensé que era mi deber. Tenía que ir adelante para tomar decisiones que eran necesarias y eso fue responsabilidad mía. Tomé esa resolución sin ninguna amargura, sin ningún sentimiento de frustración. Las cosas eran muy claras para mí", dice el que fuera entonces rival y compañero de tienda política (UMP) de Nicolas Sarkozy, el actual presidente galo.
De paso por Lima, invitado para las celebraciones del aniversario 75 de Graña y Montero, De Villepin accedió a esta entrevista con El Comercio "en toda libertad".
Europa ha dicho otra vez no, esta vez al tratado de Lisboa. ¿Cómo terminará esto, la UE va a seguir estando desunida?
Es verdad, Europa está enfrentada a varios desafíos importantes. Uno de ellos es el del ensanchamiento, pasar de 15 a 27 es muy difícil, pero era una necesidad histórica. Es necesario tener este tratado simplificado. Hay que darle un poco de tiempo a Irlanda y a los otros países europeos que quizás no estén completamente en fase con estas reformas. Se debe proseguir con la ratificación de los otros países sin dramatizar. Necesitamos avanzar en los proyectos de medio ambiente, de defensa, de seguridad y de inmigración.
A propósito de inmigración, no podemos dejar de hablar de la directiva sobre el retorno de inmigrantes ilegales que el Parlamento Europeo aprobó el miércoles pasado. ¿Qué pasa con Europa? Se están tomando medidas realmente escandalosas...
No me parece que sea una buena decisión, pero hay que tratar de entenderla. No se trata de poner en la cárcel a todos los inmigrantes ilegales en Europa. Existe la posibilidad de que sean detenidos por un tiempo muy largo, me parece que 18 meses. Pero no es la práctica ni la ley en varios países europeos. En Francia son unas pocas semanas, nada más. Y el promedio en centros de detención es de nueve días. Estamos muy lejos de los 18 meses decididos por la UE. Se admitió que se tenía que tener en cuenta las legislaciones de los países que utilizan un tiempo más largo y no la legislación de los países que usan períodos más cortos. Eso no significa que todos los inmigrantes en situación irregular van a estar detenidos 18 meses.
Esto significa la criminalización de la inmigración...
La señal se debe a varios factores. El primer factor es una voluntad muy clara de luchar contra los circuitos, organizaciones y redes mafiosas que facilitan la llegada de inmigrantes en condiciones escandalosas, poniendo en peligro la vida de estos. El segundo elemento --que es una experiencia nuestra-- es que las regularizaciones (hubo una hace poco tiempo en España, también en Italia y hace un par de años en Francia) no son una política buena porque mandan un mensaje erróneo a los países de origen de la inmigración. No soy favorable a este tipo de legislación, pero creo que puede explicarse por la situación económica y por la evolución de Europa, que se abrió de 15 a 27 países.
¿Ello quiere decir que ahora van a darle prioridad a la inmigración interna, la de los países recién llegados a la UE?
Ese es un elemento importante y también una política a favor de una inmigración legal.
¿Por qué no está de acuerdo con la directiva entonces?
No comparto el espíritu de esa ley porque me parece que no está en conformidad con la idea que yo tengo del humanismo europeo, porque sé que se podría aceptar esa directiva de un modo más respetuoso de los DD.HH. y con un período de retención más corto. Cuando estamos enfrentados a la inmigración ilegal, hay que estar en capacidad de aplicar las leyes de modo mucho más eficaz; sin tener a niños o a mujeres un tiempo tan largo en una situación que para mí no es aceptable.
¿Qué piensa de que se pueda deportar a niños no acompañados?
Yo no acepto esos comportamientos. Hay que tener en cuenta el hecho de que hubo en los últimos años varias redes mafiosas que utilizaron niños para ir a los países de Europa, y luego de que los niños se instalaban, las familias llegaban. Pero me parece que para proteger a los niños hay que tener en cuenta una práctica mucho más humanista.
Cuando usted fue canciller se hizo muy famoso por su posición en contra de la guerra en Iraq. Francia lideró ese movimiento. ¿Qué opina de la nueva postura francesa con relación a EE.UU. y a los aliados?
Sigo pensando que nada será posible en Iraq mientras los países de la coalición no indiquen cuál será el calendario para que todas las tropas extranjeras se vayan. Entiendo que se necesita un poco de tiempo, pero entiendo también que mientras la soberanía de Iraq no esté claramente afirmada y en tanto no se diga cuándo esas tropas se van a ir, el espíritu de responsabilidad de los iraquíes no estará presente, porque cada uno está sacando ventajas de la situación: los kurdos, los chiitas, los sunitas. Todos ellos tienen una estrategia propia. El gran vencedor de la guerra en Iraq es Irán. Fue Irán que sacó ventaja de la situación con los chiitas de Iraq, con el desorden que ha creado la guerra, con el terrorismo que ha crecido en la región.
La invasión a Iraq marca un punto de quiebre en las relaciones internacionales, porque EE.UU. lo hizo sin el consentimiento de la ONU. Francia se opuso ante el Consejo de Seguridad, igual que Rusia, pero...
Es muy cierto. Es un giro en las relaciones internacionales. Un punto de gran fragilidad. Un giro importante también para el terrorismo, que fue creciendo en la región y en el mundo. Y es entre el sur y el norte un elemento de incomprensión y de malentendido muy grave. Me parece que desde el 2003 hemos visto una política exterior americana cada vez con más problemas.
¿Se está perdiendo la guerra contra el terrorismo?
Me parece que se está perdiendo un consenso internacional para luchar todos juntos contra el terrorismo, respetando la identidad de cada uno. Entre el Islam y Occidente y entre los grandes países y grandes religiones falta diálogo, comprensión y respeto, y eso es lo que necesitamos más. Y para tener más diálogo se necesita no dejar crecer el miedo y el sentimiento de inseguridad de Occidente. Para que el mundo pueda estar más estable se necesita mostrar una capacidad de decisión colectiva de los pueblos, que permita dar respuestas a los problemas.
La directiva de la UE sobre la inmigración se basa justamente en el miedo...
Sí, sí. Por eso no estoy satisfecho con ese tipo de estrategia. Más vale conocer al otro y discutir. Tomar la decisión de políticas compartidas y bien explicadas, en vez de decisiones unilaterales que refuerzan el sentimiento de humillación. Ese sentimiento hay que tomarlo en cuenta con mucho cuidado, porque son elementos de futuros conflictos, que pueden ser muy graves.
Vayamos al caso de Ingrid Betancourt. Usted inició la campaña por su liberación, ella es ciudadana francesa, además de colombiana. Y usted fue el artífice de un fallido rescate con un avión estacionado en Manaos. En Colombia se dice que se ha exaltado mucho la imagen de Ingrid como si fuera la única rehén, cuando las FARC tienen 700 rehenes...
Ese es un reproche muy injusto porque en la proposición que hicimos en ese tiempo queríamos una respuesta para Ingrid Betancourt, por ser francesa, pero también para los otros rehenes.
Pero el pretendido rescate de Manaos era unilateral...
La verdad es que se fantaseó mucho con ese rescate, que fue una respuesta a una información presentada al Gobierno Francés y que venía del presidente Álvaro Uribe, que se la dio a la familia de Ingrid. La familia nos preguntó si podíamos enviar un avión allá para rescatarla. No fue una intervención, sino la decisión de mandar un avión para recibirla, porque nos dijeron que había buenas posibilidades de que estuviera en esa zona (frontera colombo-venezolana). No tuvimos desgraciadamente la oportunidad de rescatarla.
Las FARC piden una zona de despeje para negociar el intercambio de rehenes por prisioneros, el presidente Uribe no acepta esto. ¿Usted qué opina?
Yo francamente le digo que todo lo que está en relación con esta negociación es tan complicado hoy, tan difícil, que me parece muy peligroso que alguien que está fuera de la negociación intervenga. Y no estoy seguro que una mediatización excesiva pueda ayudar a encontrar una solución, así que no quiero tomar el riesgo de interferir. Solo espero que se solucione rápidamente este drama y que todos los rehenes y, claro, que mi amiga Ingrid Betancourt, puedan recuperar la libertad.
¿Betancourt es amiga suya?
Sí, fui su profesor en Sciences Po (la Escuela de Ciencias Políticas de París).
LA FICHA
Nombre: Dominique de Villepin.
Estudios: Graduado en la Escuela Nacional de Administración (ENA). Desde enero del 2008 ejerce como abogado internacional. Escritor, poeta e historiador. Es especialista en Napoleón I.
Cargo anterior: Primer ministro de Francia entre el 31 de mayo del 2005 al 17 de mayo del 2007.