\"Desde un punto de vista económico, una burbuja es un proceso de fuertes subidas
en el precio de un activo que genera expectativas de futuras subidas
adicionales, las cuales no están exentas de riesgo. Un proceso así rápidamente
atrae a los especuladores que buscan obtener grandes beneficios en muy poco
tiempo, lo cual infla más la burbuja. Obviamente uno de los principales riesgos
radica en la posibilidad de que se pinche la misma y se produzca un derrumbe de
precios, lo cual suele ocurrir cuando se hace insostenible cualquier lógica de
explicación económica y los especuladores salen rápidamente del mercado,
derrumbando el artificial exceso de demanda que ayudaron a crear y produciendo
una sobreoferta en el mercado.
En un mercado normal, se supone que el precio de cualquier bien, en un
determinado momento, es el reflejo del equilibrio alcanzado entre su oferta y
demanda en el corto plazo; no obstante, la evolución de dicho precio en el
tiempo refleja la evolución de la escasez relativa de dicho bien, de las
diferencias entre la evolución de su oferta y su demanda en el largo plazo. Si
su demanda crece más rápido que su oferta, el precio de dicho bien tenderá a
subir en el tiempo, pero si ocurre lo contrario, el precio debería tender a bajar.
En muchos mercados la interacción entre productores (oferta) y consumidores
(demanda) se da a través de intermediarios. Cuando alguién quiere comprar un
tomate para hacer una ensalada, no suele ir al campo a comprarle el tomate al
agricultor, sino que se dirije a uno de los intermediarios que están más a su
alcance, a un supermercado o a la tienda de la esquina. En cualquier caso, si el
precio del tomate viene subiendo, y se espera que lo siga haciendo, es natural
que las consumidores (y los intermediarios) traten de aumentar su demanda para
acumular inventarios con precios que, aunque sean mayores que los pasados, se
espera sean menores que los futuros. No obstante, este proceso tiene un límite:
la perecibilidad misma de los tomates, su costo de almacenaje y la evidente
sobreoferta que pronto habrá en las nuevas cosechas, dados los mayores precios
observados. Todas estas circunstancias hacen que no hayan grandes posibilidades
de crear burbujas en el mercado de tomates.
En cambio, el mercado inmobiliario no tiene esas limitantes: los inmuebles
normalmente no se pudren, su almacenaje y acaparamiento en lugar de costos puede
proporcionar ingresos mediante su alquiler, y la producción de inmuebles nuevos
no es tan elástica, básicamente por la limitada capacidad para producir suelo
(terreno) nuevo. Así, cuando el precio de los inmuebles empieza a subir, y se
alientan las expectativas de que esa dinámica se mantendrá, es fácil que la
demanda se vaya multiplicando a medida que ella misma vaya contribuyendo en
forma agregada a validar sus propias expectativas. No obstante, el problema se
centra en las externalidades que esta dinámica generará sobre toda la economía
en general, especialmente cuando la burbuja finalmente se pinche...\"
http://renzojimenez.blogspot.com/2010/11/burbuja-inmobiliaria-y-ahora-quien-le.html