Pequeñas pesqueras de anchoveta afirman que las quieren sacar del negocio
9:10 | Están a punto de quebrar y las capturas se han reducido en 30%. Los costos se han disparado irracionalmente y los “chicos” no pueden competir
Por: Azucena León de EL Comercio
La primera temporada de pesca de anchoveta del año, que se inició oficialmente el pasado 20 de abril, empezó con una novedad importante: la entrada en vigencia del sistema de cuotas individuales. Ha transcurrido apenas un mes de la aplicación de este sistema, que consiste en asignar una cuota individual por empresa, y la reforma —según el Ministerio de la Producción— ya arroja sus primeros resultados: la presión sobre el recurso ha bajado, pues no solo se ha reducido el número de embarcaciones que salen a pescar, sino que además los niveles de capturas diarias disminuyen en 30%.
Sin embargo, el Ministerio de la Producción no previó un problema que ha disparado el precio de la anchoveta de manera irracional. Este, coinciden fuentes del sector consultadas, surgió cuando a inicios de la temporada Pesquera Exalmar distribuyó en todos los puertos pesqueros un comunicado en el que ofrecía, a los armadores independientes que descarguen anchoveta (insumo para la fabricación de harina de pescado) en sus plantas, no solo sitios de descanso y bonos de petróleo, sino también hasta un máximo de US$140 por tonelada del recurso, cuando lo que se estimaba pagar era hasta US$110 o US$120.
Este Diario insistió en conversar con Rossana Ortiz, gerenta general de Pesquera Exalmar y quien habría firmado el comunicado, para que explique qué la llevó a ofrecer un precio tan alto por tonelada de anchoveta, pero no contestó nuestras llamadas.
QUIÉN GANA, QUIÉN PIERDE
La propuesta de Exalmar fue seguida por los demás grupos pesqueros que llegaron a ofrecer, incluso, precios aun mayores con tal de no quedarse atrás. El resultado fue inmediato: se desató una guerra de precios que, según Humberto Speziani, director de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), llevó a pagar en los últimos días de entre US$160 y US$180 por tonelada del recurso.
Esta situación ha puesto en serios aprietos a los medianas y pequeñas pesqueras, que cuentan con plantas pero no con flota propia, por lo que requieren comprar anchoveta a los armadores independientes. Es más, Pedro Reátegui, director de Pesquera Coishco, asegura que la decisión de la industria de pagar precios “irracionales” está llevando a pesqueras como la suya a arrojar pérdidas.
Cuenta que lo usual en el negocio (como sucede en el mercado internacional) es pagar, por el insumo, el equivalente al 12% del precio de la tonelada de harina. “Actualmente se paga entre 16% y 18%. Así, una operación sencilla dice que si sumas el precio de la anchoveta que necesitas para hacer harina (a US$180), más los costos de producción, te sale US$1.094 la tonelada, cuando el precio promedio de la harina es de US$900. Es decir, estás en pérdida. Y si la cotizas a US$150 tu margen es ínfimo y apenas puedes sobrevivir”, explica y se lamenta.
Un vocero de un importante grupo pesquero añade que el margen de ganancia es tan bajo que no alcanza para pagar deudas ni para cumplir las inversiones ambientales que exige ahora el ministerio.
¿Pero por qué la industria está pagando precios tan altos que la llevan a perder o a obtener márgenes ínfimos? Para Reátegui y Camilo Peirano, este último gerente general de Superfish, la respuesta es una sola: algunas grandes pesqueras intentarían sacarlas del mercado porque saben que las pequeñas no cuentan con el respaldo financiero para resistir. “No tengo otra que participar de la jugada; ya compré petróleo y debo pagar a mi personal, el costo de parar sería el mismo. Pero si todo sigue así, no duraré”, afirma Peirano.
Oferta y demanda
Humberto Speziani, director de la SNP, niega que los grandes grupos estén concertando para acabar con las medianas y pequeñas pesqueras del sector. “Si la tendencia fue pagar un sobreprecio, esto fue producto de la oferta y la demanda. Empero, esto ya se está normalizando”, dice.
Ricardo Bernales, director de Pesquera Diamante, coincide con ello y sostiene que los afectados son un pequeño grupo. “Aquí los más felices son los armadores que nunca han tenido precios tan altos”. Sin embargo, Gerardo Gonzales, presidente de la Asociación de Armadores del Perú, gremio que cuenta con 28 asociados, reconoce que son favorecidos por los altos precios, pero se pregunta si pasará lo mismo cuando quiebren las pequeñas pesqueras.
La ministra de la Producción, Elena Conterno, ve poco creíble la teoría de la concertación. Dice que el alza del precio de la anchoveta era previsible y que esta obedece al reacomodo del mercado frente a un nuevo sistema. “No se esperaban precios tan altos, pero veo poco probable que estos se mantengan”. Ella confía en que el mercado se regulará solo y que en breve surgirán nuevas alianzas. “Lo que recomendaría a los pequeños es ser más eficientes”. No obstante, adelanta que presentará un proyecto de ley para evitar la concentración de grupos. “No queremos que el negocio esté en manos de unos cuántos, por ello estableceremos límites en la participación”, añadió.
MÁS DATOS
Ocho serían los afectados
- Según Pedro Reátegui, además de Coishco, los afectados serían Pesquera 13/13, Vlacar, Promarsa, Nepesur, Pacífico Centro, Ribaudo, Hayduk y Superfish.
- Copeinca también empezaría a verse afectado, pero evalúa no comprar a terceros en la segunda temporada de pesca.