31 jul 2009

crisis: dos años

Acontecimiento –casi– olvidado Luis García Miró Elguera
Acaba de pasar casi desapercibido el segundo aniversario de aquella alarma que sonó un año antes que colapsara de forma tan brutal la economía del mundo. Un evento jamás pensado que sigue azotando al planeta entero. En efecto, ese campanazo fue el 18 de julio de 2007 cuando la poderosísima Bear Sterns anunció la quiebra de tres hedge funds por pérdidas incurridas en unas hasta entonces desconocidas hipotecas subprime. Visto en perspectiva, el que un banco de inversión tan arrogante como Bear Sterns se viera obligado a aceptar tamaña humillación reflejaba la gravedad de lo que ya vivía Wall Street. Sin embargo ni la megabanca, ni las calificadoras de riesgo, ni las grandes auditoras, ni nadie levantó bandera roja. Tampoco entes estatales como la Federal Reserve FED ni la Security & Exchange Comisión SEC. El descuido fue entonces fenomenal. Sin embargo dos años después no hay un solo responsable procesado.

Apenas un mes después del incidente de los hedge funds de Bear Sterns, en agosto del mismo año se declaraban en bancarrota dos grandes bancos: American Home Mortgage y Ameriquest. Y otro icono de las finanzas, el francés Paribas, “suspendía” tres fondos de inversión. Como respuesta, a la semana la Reserva Federal inyectó 100 mil millones de dólares al sistema bancario norteamericano. Retumbó así el primer pitazo de pánico. Tres meses después, el 10 de noviembre un soberbio Bear Sterns declaraba su primera pérdida en 83 años de existencia. Y en enero de 2008 el trader Jerome Kerviel fue acusado de hacerle perder 7 billones de dólares al banco francés Societe Generale. Un mes después Inglaterra nacionalizaba el banco Northern Rock. Y en marzo de ese año JP Morgan se hacía del venerable –y ya venido a menos– Bear Sterns. Hasta que en agosto de 2008, AIG, ex titán de los seguros en el mundo, declaraba pérdidas por 25 mil millones de dólares, amenazando al universo de hipotecas y operaciones de bolsa, 90% de las cuales estaban aseguradas allí. Como resultado, el 7 de setiembre de 2008 el Tío Sam estatiza los macro bancos hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae. Finalmente, el 15 de ese mes quebró el ultrapoderoso banco de inversión Lehman Brothers. Y otro gigante supernumerario, Merrill Lynch, acabó su historia de éxito engullido por Bank of America. A partir de entonces vino el sálvese quien pueda que arrastró a otrora intocables como UBS, ING, HBOS, Fortis, Hypo, etc.

Como corolario de todo este descalabro, el 4 de noviembre de 2008 EE UU elegía al candidato Demócrata, Barack Obama, primer presidente negro del imperio del norte. En el fondo, un castigo al régimen Republicano de George W. Bush, bajo cuyo mandato se produjo el alud financiero que liquidó la economía estadounidense. Y la mundial. Para colmo de males, el 12 de diciembre de ese año reventaba el escándalo Bernard Madoff, fenomenal estafa por 65 mil millones de dólares que golpeó a miles de millonarios del planeta. Y pensar que todo este despelote empezó hace apenas dos años. En una fecha que el mundo casi deja –¿adrede?– pasar de incógnito. Es bueno repasar la historia. Por lo menos para intentar que tamaño desenfreno no se repita.